El boom inmobiliario se instala en Argentina

"La crisis macroeconómica de 2002 generó, a posteriori, demanda postergada de construcciones", opina el Lic. Ricardo Theller, profesor investigador del Centro de Estudios Avanzados (CEAV) de la UADE. "Los bajos tipos de interés, la liquidez, estabilidad cambiaria 2004-2006, la vuelta de la inversión pública y el fuerte crecimiento macroeconómico se complementaron, entre otros, como factores conducentes del presente auge", añade.
El default o cesación de pagos que declaró el entonces gobierno argentino en el verano de 2002 no sólo agravó la situación social y económica, sino que también quebró el sistema bancario y con ello los ahorros de los ciudadanos. Luis Martínez de Virgilio, director de CB Richard Ellis, firma global de servicios inmobiliarios, explica que "cuando la gente se quedó sin la alternativa confiable de depositar su dinero en los bancos, volcó sus inversiones hacia el sector de la construcción". Según Martínez hubo, además, otros factores que incidieron en el rápido crecimiento del sector. "Los bajos precios relativos de la vivienda respecto del entorno; y la ecuación costo de construcción y precio de venta, que dio un saldo positivo que los desarrollistas inmobiliarios aprovecharon. Con la suma de todo lo enumerado, se presenta una real oportunidad en el sector de la construcción". Actualmente, los precios del metro cuadrado argentino oscilan entre los 750 y los 2.300 Euros.
Este fenómeno, llamado boom o burbuja inmobiliaria, parece no tener fin. Algunos especialistas piensan que llegó para quedarse. "No es una burbuja porque estamos frente a un crecimiento que es real y se está construyendo con capitales genuinos, mientras que el financiamiento bancario es prácticamente nulo", afirma el arquitecto Gustavo Kancyper, directivo de Construcciones Seweco, compañía que construye edificios en uno de los barrios que recibe parte de las nuevas inversiones, denominado Palermo Hollywood.
Virgilio, de CB Richard Ellis, coincide al afirmar que "No existe un efecto financiero que provoque la burbuja. En este caso, se trata de inversores privados que saben esperar las buenas oportunidades en cuanto al precio de mercado, la demanda. Nosotros esperamos que siga creciendo. Hasta ahora todo indica que será así, aunque también sabemos que determinados fenómenos son cíclicos", sostiene.
De ciclos habla justamente el investigador Ricardo Theller, quien sostiene que estamos ante la presencia de un típico "ciclo inmobiliario", que en este momento atraviesa "la fase de presión demandante con impacto alcista en los precios. Estos, a su vez, estimulan la expansión de la oferta". Sin embargo, Theller reconoce que el crecimiento que vive el mercado inmobiliario cuenta con algunas características que fundamentan su actual crecimiento, entre ellas "una mayor calidad promedio de las construcciones (que las encarecen), el aumento relativo de la población en edad de contraer matrimonio o independizarse (mayor presión de demanda), haber salido de una recesión con pocos precedentes y con alcances, y el efecto riqueza positivo proveniente de distintos orígenes". Pero Theller advierte que, "una vez agotados tales estímulos distintivos, tanto precios como volumen tenderán a alinearse con los fundamentals de la economía, lo cual implicaría una desaceleración respecto de las tasas de crecimiento".
De todas formas, el agosto pasado el Colegio de Escribanos porteño registró 5.583 actos de escrituras de compraventa de inmuebles por cerca de 240 millones de euros, un 1,9% más en los montos respecto del mismo mes de 2005.
Pero no sólo Buenos Aires capta toda la atención de los inversores. También el interior del país vive la fiebre de la construcción, sobre todo en las ciudades más populosas y en las provincias, donde ha crecido la economía gracias a la industria, el sector agrícola y el turismo. El informe de la UADE indica que a nivel nacional se registró un incremento del 19,8% en la cantidad de metros cuadrados permitidos para construcción, correspondiente a los 42 principales municipios del país.