jueves, 27 de octubre de 2011

El boom inmobiliario se instala en Argentina


El boom inmobiliario se instala en Argentina


En todos los barrios de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, se repite un mismo escenario: docenas de edificios en construcción se recortan en el horizonte, un fenómeno que comenzó a instalarse después de la crisis económica desatada hace cuatro años. Según un informe elaborado por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), el país acumula catorce trimestres de crecimiento continuo y significativo en la actividad de la construcción. De hecho, en el primer semestre de 2006 experimentó un crecimiento del 21,2%.
"La crisis macroeconómica de 2002 generó, a posteriori, demanda postergada de construcciones", opina el Lic. Ricardo Theller, profesor investigador del Centro de Estudios Avanzados (CEAV) de la UADE. "Los bajos tipos de interés, la liquidez, estabilidad cambiaria 2004-2006, la vuelta de la inversión pública y el fuerte crecimiento macroeconómico se complementaron, entre otros, como factores conducentes del presente auge", añade.
El default o cesación de pagos que declaró el entonces gobierno argentino en el verano de 2002 no sólo agravó la situación social y económica, sino que también quebró el sistema bancario y con ello los ahorros de los ciudadanos. Luis Martínez de Virgilio, director de CB Richard Ellis, firma global de servicios inmobiliarios, explica que "cuando la gente se quedó sin la alternativa confiable de depositar su dinero en los bancos, volcó sus inversiones hacia el sector de la construcción". Según Martínez hubo, además, otros factores que incidieron en el rápido crecimiento del sector. "Los bajos precios relativos de la vivienda respecto del entorno; y la ecuación costo de construcción y precio de venta, que dio un saldo positivo que los desarrollistas inmobiliarios aprovecharon. Con la suma de todo lo enumerado, se presenta una real oportunidad en el sector de la construcción". Actualmente, los precios del metro cuadrado argentino oscilan entre los 750 y los 2.300 Euros.
Este fenómeno, llamado boom o burbuja inmobiliaria, parece no tener fin. Algunos especialistas piensan que llegó para quedarse. "No es una burbuja porque estamos frente a un crecimiento que es real y se está construyendo con capitales genuinos, mientras que el financiamiento bancario es prácticamente nulo", afirma el arquitecto Gustavo Kancyper, directivo de Construcciones Seweco, compañía que construye edificios en uno de los barrios que recibe parte de las nuevas inversiones, denominado Palermo Hollywood.
Virgilio, de CB Richard Ellis, coincide al afirmar que "No existe un efecto financiero que provoque la burbuja. En este caso, se trata de inversores privados que saben esperar las buenas oportunidades en cuanto al precio de mercado, la demanda.  Nosotros esperamos que siga creciendo. Hasta ahora todo indica que será así, aunque también sabemos que determinados fenómenos son cíclicos", sostiene.
De ciclos habla justamente el investigador Ricardo Theller, quien sostiene que estamos ante la presencia de un típico "ciclo inmobiliario", que en este momento atraviesa "la fase de presión demandante con impacto alcista en los precios. Estos, a su vez, estimulan la expansión de la oferta". Sin embargo, Theller reconoce que el crecimiento que vive el mercado inmobiliario cuenta con algunas características que fundamentan su actual crecimiento, entre ellas "una mayor calidad promedio de las construcciones (que las encarecen), el aumento relativo de la población en edad de contraer matrimonio o independizarse (mayor presión de demanda), haber salido de una recesión con pocos precedentes y con alcances, y el efecto riqueza positivo proveniente de distintos orígenes". Pero Theller advierte que, "una vez agotados tales estímulos distintivos, tanto precios como volumen tenderán a alinearse con los fundamentals de la economía, lo cual implicaría una desaceleración respecto de las tasas de crecimiento". 
De todas formas, el agosto pasado el Colegio de Escribanos porteño registró 5.583 actos de escrituras de compraventa de inmuebles por cerca de 240 millones de euros, un 1,9% más en los montos respecto del mismo mes de 2005.
Pero no sólo Buenos Aires capta toda la atención de los inversores. También el interior del país vive la fiebre de la construcción, sobre todo en las ciudades más populosas y en las provincias, donde ha crecido la economía gracias a la industria, el sector agrícola y el turismo. El informe de la UADE indica que a nivel nacional se registró un incremento del 19,8% en la cantidad de metros cuadrados permitidos para construcción, correspondiente a los 42 principales municipios del país.

Pelli considera misterioso el boom inmobiliario local

Pelli considera misterioso el boom inmobiliario local      El célebre arquitecto advirtió sobre el escaso crédito hipotecario

El creador de edificios emblemáticos como las Torres Petronas no cree que haya un exceso de construcción en Puerto Madero, y considera normal las protestas de vecinos de Palermo y Caballito.
El arquitecto argentino César Pelli opinó que el país atraviesa un momento próspero en materia económica y manifestó su asombro por el desarrollo registrado en el mercado inmobiliario local, a pesar del escaso crédito hipotecario.
Al participar del encuentro Business Point Inmobiliario, en un hotel de Puerto Madero, Pelli calificó además como “algo habitual en las grandes ciudades” a la protesta que llevan adelante los vecinos de determinados barrios en contra de la construcción de torres.
El arquitecto -que tiene como una de sus obras emblema las Torres Petronas de Kuala Lumpur- se preguntó cómo se produce el desarrollo inmobiliario en la Argentina, a lo que respondió que es “un misterio sin comprensión”.
“En todos los países en los que he participado siempre ha habido préstamos de algún tipo, normalmente del sector privado”, dijo Pelli. A su entender, el desarrollo inmobiliario capitalino “está creciendo muy bien”. No está de acuerdo, señaló, con las opiniones que ven a Puerto Madero como un barrio saturado de edificios y sin suficientes espacios verdes.
“No siento que haya demasiados edificios altos en Puerto Madero. No comparto la idea de que esté saturado, me parece que hay suficientes espacios abiertos y verde”, opinó. Otra de las preocupaciones del arquitecto tucumano -de 82 años- es la necesidad de continuidad en los proyectos inmobiliarios y arquitectónicos.
“La continuidad es esencial para el largo plazo, no sé cómo se puede trabajar en otro clima” que no sea el de continuidad de proyectos, dijo Pelli.
INVERSIONES
A la Argentina, sostuvo, “la veo desde lejos. Tuvo muchos años de zozobra y ahora son años prósperos. Lo más extraño y mortificante desde afuera es la falta de continuidad en las políticas de fondo”.
Al comentársele que en barrios como Caballito o Palermo protestas vecinales contra la proliferación de torres congelaron muchos proyectos inmobiliarios, dijo que “es un problema de las grandes ciudades”.
“Las condiciones cambian. Lo importante es que (los proyectos) se adapten de manera lógica y predecible”, indicó. Respecto de la crisis originada en los Estados Unidos con las hipotecas de baja calidad, afirmó que “hasta ahora no han afectado para nada las obras a cargo nuestro. Pero el mercado inmobiliario norteamericano se mueve a través de préstamos, y si ellos no se brindan, ahí va a haber problemas”.
En otro tramo de su disertación Pelli comentó que los principales inversores mundiales en el sector inmobiliario provienen de Medio Oriente (Emiratos Arabes, petroleros), Rusia (con las privatizaciones industriales) y Japón.
          


Diario La Prensa